miércoles, 24 de agosto de 2011

Mirando hacia atrás.



Hola a todos,

Para un nostálgico como yo el mirar hacia atrás y ver que ya hace 15 años que dejé el colegio da mucho que pensar. Te das cuenta de cómo ha cambiado todo lo que te rodea, de cómo las cosas no te afectan igual, y de cómo de alguna manera, todo aquello cotidiano, que con el paso de los años has hecho tuyo, se convierte en una rutina tediosa que desde el punto de la mañana te acompaña hasta que se pone el sol.

Con esto quiero decir, que la frescura de mis 18 años, en donde cualquier sensación o sentimiento se veía multiplicada por mil, cuando la profundidad de mi vida me llevaba a pensar que era un "viejo" en mi juventud o que la línea correcta era tan sólo una posible, ha dado paso a una quietud tranquila en la que sin llegar a la teoría del "todo vale", he aceptado la no lucha contínua como solución plausible y temporal a una vida que no está dispuesta a ralentizar aquello que lleva 32 años a ritmo acelerado.

Y es que hoy, por primera vez en mucho tiempo, me he sentido cansado, cansado de vivir como si me encorrieran, en una contrarreloj para la que no he entrenado lo suficiente y sin disfrutar aquello que el mundo que me rodea está dispuesto a ofrecerme.

Me he sentido hastiado del constante cambio y de la evolución forzada, he vuelto la mirada hacia algún punto que consideraba perdido en mi memoria y he decidido que, sin perder lo bueno que el crecimiento supone, recuperar poco a poco aquello de lo que me enorgullecía hace unos cuantos años, aquello que me hacía ser yo mismo y que en el bullicio de la normalidad y la medianía a la que nos lleva el entorno que nos rodea me conducía a ser yo mismo y estar orguloso de serlo.



Alguien hoy me recordó, y me vino muy bien, que nunca deberíamos de dejar de ser nosotros mismos. Gracias.
Como dice la canción: "...nada se pierde... todo se transforma".

Un abrazo a todos.

Toño

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