No hay tres sin cuatro (Quebrantahuesos 2014)

y por fin llegó el día...

Muchos meses esperando que llegara este 21 de Junio de 2014, muchos días de sufrimiento encima de la bicicleta (de este que nos gusta y nos hace más fuertes), muchos kilómetros acumulados junto a los amigos, muchos nervios y alguna que otra palmada en la espalda de amistad tratando de calmarlos, mucha ilusión, muchas sonrisas, un torbellino de ideas en la cabeza y sólo una en común; hacerlo lo mejor posible y no caernos...

No haré una crónica con todo lujo de detalle de lo que fue, para eso hay que estar ahí dentro viviéndolo. Contaré aquello que me llena y que me toca quizás por ser como soy... sí un poco moñas, que se le va a hacer, ya me conocéis.

Tomamos la salida juntos César, Txema, Pedro, Santi y yo. Esta vez Quique y Félix se quedaron atrás para hacerla a su ritmo y la verdad es que los echamos mucho de menos. Al igual que Agus, que acaba de ser padre y este año nos abandonó a nuestra suerte :D. Nos libramos de una caída justo delante de nuestros bigotes mientras intentábamos coronar Somport y ya en la bajada, César tuvo la mala suerte de reventar una rueda, así que fiel a su legalidad nos dijo que nos marcháramos... Yo no hacía nada más que cabecear pensando "empezamos mal el día", me hubiera encantado acabar todos juntos. Grande César, con pinchazo y todo tan sólo perdió 9 minutos más que nosotros.

Hacía bastante calor y Txema y Pedro nos marcaban el ritmo poco a poco y sin parones.

La cabeza me jugó una mala pasada y en mitad del Portalet, empecé a sentir "que no iba" y me lo terminé creyendo..., tanto, que pasé uno de los peores momentos que he vivido encima de la bici desde que empecé. No quería parar de pedalear pero por más que apretaba, de mis labios sólo salía decirles a los que me acompañaban que por favor fueran un poquito más suave... el objetivo se me escapaba y el estar fallando a las personas que me estaban ayudando me hacía hundirme aún más. Santi iba como un tiro y le dije que tirara para delante, este iba a ser su año, y la verdad es que así fue. Me alegro infinito eres un crack.

Finalmente mis dos compañeros de día y amigos (porque desde luego si no llegan a ser amigos ante tal espectáculo me tiran el bidón a la cabeza), consiguieron calmarme y bajando hacia Hoz de Jaca me recuperé, terminando la prueba de la mejor manera que pudimos.

De todo esto me quedo con los casi 7 meses de entreno continuado que me han dado los mejores momentos  del año, junto a la gente que me hace reír y disfrutar de esto de la bici. Agradezco a los que me han ayudado a entrenar, a los que me han enseñado a divertirme en la bicicleta, a disfrutar del sufrimiento y a aprender que la belleza de este deporte no es otra que la de superarme a mi mismo.

Agradezco a los que me acompañaron, a los que me ayudaron, a los que no dejaron que me hundiera, a aquellos que han confiado en mí incluso por encima de lo que yo confío. Una vez más hay gente que ha pasado por encima sus objetivos personales por ayudarme y eso... sólo lo he vivido aquí y con la gente que os voy nombrando en este blog. Hace poco me reía con la frase de uno de ellos que me decía "joder! no he hecho series por mí y las estoy haciendo por tí!!!!". Pues eso... ante eso, sólo puedes descubrirte... no anda más quien más corre, sino quien mejor sabe ir en bici... y todos estos, creedme, saben ir y mucho.

Y por último te lo agradezco a tí, a quien me ha aguantado todos estos días cuando he querido salir en bici y volver a las mil, madrugando aún cuando no podía ni con las pestañas. Pasando por alto mis cansancios, mis dolores y mis nervios por parecer que era más importante esto para mí que nada. Esto es importante sí, pero lo es más el tener a mi lado a alguien que me apoya, y que disfruta viéndome feliz. Gracias por estar ahí y hacer de esto y de todo lo demás algo especial. Sin tí nada sería igual.

Gracias a todos chicos, sé que queda un poco sentimental... pero hacéis que valga la pena todo. Ojalá estas vivencias no terminen nunca.

Un abrazo 

Toño