martes, 22 de febrero de 2011

Despedida

Hola a todos,

Dicen que las despedidas siempre son dolorosas. Hoy me ha tocado despedirme del que durante 17 años ha sido mi gimnasio de Kárate. Situado en la zaragozana calle Juan José Garate, el Rosuero Kárate Club ha sido y será casa de muchos alumnos, hombres y mujeres que desde pequeños han aprendido de los puños y pies de Fernando Rosuero lo que significa la disciplina del Karate - Do (sin tilde, que en japonés no lleva).

Hoy al salir por la puerta algo en mi estómago se ha encogido, una parte de mi se ha quedado en esas cuatro paredes que quién sabe si volveré a ver algún día y una tristeza ha ahogado mi interior. Será que soy demasiado nostálgico, sentimental o "niñaza", pero siempre he considerado que ese era "mi" gimnasio y en muchas ocasiones hasta mi casa.

Ni tan siquiera he podido hacerme una foto como Dios manda, porque ha salido borrosa, como si el móvil no quisiera convertir todos mis recuerdos en una simple foto que nadie sabe dónde acabará. Del colegio de Agustinos, con 12 ó 13 años subí al gimnasio (comencé a entrenar con 4 años) y allí me quedé en los momentos buenos, malos y en los regulares, disfrutando y padeciendo todo lo que ha hecho de mi, al menos en la consideración de lo que es deporte (y en mucho más) la persona que soy.

El mes que viene ya no cambiaremos sólo la rutina, sino también las paredes, no obstante el que nos enseña lo marcial del karate - do, no cambia, y es ese que veis en la foto, Fernando. Aún recuerdo la foto que presidía el tatami de Agustinos, el mismo protagonista dando un ushiro-mawashi-tobi-geri (chúpate esa). De este, "mi" gimnasio me quedo con la que veis, mucho más simple, pero con mucho más significado.

Un abrazo a todos.

Toño

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