Hola a todos,
Hoy después de la sesión regenerativa de rodillo para recuperar las piernas tras tres días seguidos entrenando he decidido ir a cumplir con uno de los "deberes" auto impuesto hace un tiempo. Hace 4 años que soy donante de sangre, en parte "gracias" a un amigo que falleció de Leucemia (una bellísima persona) y en parte gracias a mi padre (cirujano de los que "no quedan", ya que entendía y vivía su trabajo como la mejor de las profesiones y aficiones). Estas dos personas me enseñaron que pese a que el miedo a las agujas es algo que me echa para atrás cada vez que voy al médico, ayudar a los demás en este sentido cuesta muy poco.
Así que a cerrar los ojos y apretar los dientes, "será un pinchacico de nada...".
Creedme, vale la pena y cuesta muy poco, seguro que en algún momento hay alguien que os lo agradecerá.
Un abrazo a todos.
Toño
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