Hoy me he levantado con una noticia muy amarga.
Nos conocimos con 14 años (el 15) y durante muchos muchos años fuimos más que amigos, casi hermanos (o como decía yo... mucho más que hermanos). Por él comencé a ir en bici y con él hicimos un grupo de tres en el que compartíamos locuras, risas, tristezas y los problemas que pueden tener adolescentes que comienzan a ser adultos.
Que no hayamos mantenido contacto durante los últimos años no significa que no duela. Es más, duele mucho más, porque sólo recuerdas aquello que nos unió.
Hace no más de unos días me enteraba de su enfermedad y aún con la gravedad que tenía pensaba que se podría salir. Hoy es una mezcla de tristeza y rabia la que me llena.
Me quedo con los ratos que disfrutamos, con los que nos reímos, con los que hicimos el gamberro, hasta con los que lloramos con las ventanillas bajadas cantando Maná y baqueteando en el asiento del copiloto de mi volkswagen polo.
Nunca se comprende los giros que da la vida, seguro que para alguien allá arriba tendrán sentido. Sólo espero que sea como sea estés mejor que aquí y algún día podamos reirnos de todo.
Un abrazo para tí allí donde estés y toda tu familia.
DEP
Toño
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