martes, 21 de mayo de 2019

Sin palabras



Rata inmunda
Animal rastrero
Escoria de la vida
Adefesio mal hecho
Infrahumano
Espectro del infierno
Maldita sabandija
Cuánto daño me has hecho
Reza la canción (Paquita la del barrio – Rata de dos patas)

Y la verdad que la canción se queda corta para expresar todo lo que me gustaría decir y que por respeto y educación no he dicho hasta hoy. Esa educación de la que tú fuiste partícipe y que tú me arrebatas en este momento sólo para decirte que allí donde estés, espero que la suerte te acompañe, porque deseo desde lo más hondo de mi ser no verte nunca más.

En el fondo de mi alma esperaba que el final fuera algo diferente, albergaba una pequeña esperanza de humanidad, de congraciamiento. Que en el último momento hubiera una mínima luz que me hiciera pensar que todo lo malo había sido un espejismo. Hasta esperaba una serie de explicaciones por escrito… pero claro… ese hubiera sido yo y no tú.

Y en el fondo del asunto hasta me complace como has acabado con todo. Fiel a tus “principios”, a lo que tuvieras allí dentro, fuera lo que fuera. Pasando como una apisonadora por encima de quien te acompaña, te rodea o te da su cariño. Siempre con el YO por encima de todo y de todos… siempre pisoteando a quien más te da y engrandeciendo al último que llega.

De ser más que mi padre pasaste a morir en vida hace diez años pero eso se queda ahí para ti y para mi y por supuesto para unos cuantos que saben cómo eras exactamente. La clase de persona que tira por los suelos aquello que otros, cuando somos padres, entendemos que es el don más preciado que nos puede dar la vida.

Dejemos que todos te recuerden como creen que eras: una persona increíble y maravillosa. Increíble desde luego sí que eras; no saben hasta qué punto. Yo lo he descubierto hoy; hasta el último día mantuviste la mentira… hasta el último.

Hoy me siento huérfano por tercera vez y todo te lo debo a ti.

GRACIAS

Suerte, allí donde estés. No vuelvas.


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