Hoy ha sido corto, hasta el cruce con Botorrita (48 km)y volver, siguiendo las piernas de Aitor que va a conseguir que se nos pongan las patas como las de Mario Cipollini (para mucha gente el mejor sprinter de todos los tiempos).
La verdad que me ha dado mucho tiempo encima de la bicicleta para darle vueltas a la cabeza y he conseguido terminar algo regular el día, me vais a permitir que use el blog para algo que no hacía hace muchos años, escribir... y de esta manera sacar algo que llevo dentro. Os dareis cuenta que no cuento nada, solo trato que de alguna manera sacar algo de mi que ni siquiera se lo que es....disculpadme que hable en primera persona, pero creo que es más personal si es así y no en tercera, y de esta manera me doy una lección a mi mismo (a veces resulta útil hablar consigo mismo, como alguien dijo una vez... TU deberías ser quien mas te quiera.).
A veces el mundo se empeña en borrarnos la sonrisa que llevamos en la cara y por más que nos esforzamos en que las cosas pequeñas del día nos hagan olvidar cuanto de malo nos rodea, una y otra piedra van llenando nuestra mochila de carga, esa que llevamos cada día en la espalda y que tira de nosotros uniendo nuestros pies a la tierra devolviéndonos a una realidad de la que muchas veces nos gustaría escapar... Hoy es uno de esos días en los que la mochila pesa, y pesa mucho... uno de esos días en que miro una de las piedras de la mochila que cargan cada día mis hombros y desearía revestirme de aquello que me haga impasible a lo que me rodea, que me permita no sentir todo el dolor que puede sentir un hombre y que muestren a los demás que cuando parezco una piedra realmente lo soy. De esa manera no necesitaría hacerme fuerte, porque lo sería y seguro que sería la piedra más dura de toda mi carga.
Sin embargo creo que el poder sentir es el regalo más preciado que nos hace la vida, aunque sea más duro en muchas ocasiones, el poder sentir la belleza del mundo, un rayo de sol, el color de los árboles, la sensación de velocidad, una sonrisa, una canción ... el sólo hecho de no permanecer imperturbable ante las cosas más pequeñas que nos acompañan cada día nos hacen poseedores del mayor don que Dios pudo darnos. De esta manera creo que debería apartar de mi cualquier sentimiento de tristeza, por muy malo que sea lo que me rodea, por muchos problemas que se presenten, por muchos golpes que me de la vida, ya que por muy malo que sea lo que me rodea siempre existe esa pequeña gota de "bondad" que me hace pensar... no todo es tan malo, mañana será otro día, todo irá mejor, y sabes? viviré mejor y haré vivir a los que me rodean de una manera mejor si soy yo quien lleva esa pequeña gota.
Espero no haberos aburrido, siento si el estilo no es muy correcto pero no estoy muy inspirado, sólo quería decir que por muy malo que sea lo que nos rodea siempre vale la pena vivir, la vida es corta, no la malgastemos.
Mañana será otro día y lo primero que hará será sonreir.
Si si menudo rollo... lo siento no todo van a ser kilometros aqui no?
Antonio (vaya ruedas de perfil ehhh)
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